Vistas de página en total

lunes, 29 de diciembre de 2014

"El amor no va de la mano con nadie" Tercera parte.

Capítulo III

Las luces estaban apagadas, la puerta cerrada, la ropa que había portado en todo el día tirada en el suelo de forma dispersa, su lámpara de lava era la única que iluminaba su habitación por unas barras irradiantes de un color azul neón, el aire acondicionado estaba encendido, congelando la pieza como un refrigerador de carnes, el tiempo se había pasado lentamente en una noche llena de recuerdos para Erika quien estaba embojotada en sus mantas solo con una playera y unos cortos pantalones, con la cabeza enterrada en la almohada, en un mar de pensamientos que se proyectaban como sueños de fantasías basados en la realidad donde cambiaba las situaciones a su gusto, ahogada en un llanto leve por las situaciones de esa semana. 

Cerró los ojos y abrazo la manta como si fuera un amante, y se dejo llevar por el recuerdo más excitante y amoroso que había tenido con Sergio.
Así lo recordaba Erika, meses atrás un viernes por la tarde donde tomaron la decisión de reunirse en su casa para tocar sus instrumentos, dibujar, cantar y pasar un rato entre amigos tomando gaseosa o alguna bebida alcohólica, junto con golosinas. La mayoría de sus días solía estar sola en casa así que sus amigos siempre hacían pequeñas reuniones. Como de costumbre asistían Sergio, Francisco, Mariela, Andrés, Ximena y Hugo.

Acomodaba la sala cuando tocaron el timbre, y su perro “Mostacho” latía frenéticamente moviendo su cola peluda de un lado a otro, se aproximo abrir la puerta, vestida con una camisa de bluyín azul, licras negras junto con unas zapatillas deportivas oscuras, llevaba el cabello desordenado caído a un lado dejando mostrar su oreja que portaba un montón de aros. Al girar la perilla de la puerta vio a Francisco junto con Mariela, el cargaba su guitarra en su forro rojo.

Entraron de una vez se tiraron al mueble a reír y hablar, Mariela pregunto si había que tomar y comer, lo cual Erika negó con su cabeza, Francisco alardeo de tener dinero, y dijo que brindaría a todos,  Erika propuso que fueran al mercado que estaba a la otra calle de su casa, lo cual ellos aceptaron salieron encontrándose con Hugo en el pórtico. Los 3 se fueron dejando a Erika esperar a los otros.

Se acostó en el mueble revisando las notificaciones de su Teléfono cuando al cabo de 10 minutos llego un texto de Sergio diciendo:-“Estoy afuera y traje pizza”-. Erika sonrió sorprendida, riendo, salto del mueble corriendo a abrirle.

Abrió la puerta lanzándose en sus brazos, dándole besos en el cachete, arrebatándole la caja de pizza de su regazo, pasaron a dentro, Erika fue a la cocina en busca de unas servilletas, mientras Sergio se sentaba en los bancos de la cocina cantando varias canciones entre labios de ADCD, Erika continuaba las canciones a todo pulmón bailando de un lado a otro, escribió un mensaje a Mariela anunciando que tenían pizza, lo cual contesto enseguida que tardarían un poco ya que buscaban otras cosas, y unas botellas de cacique que comprarían con la identificación falsa de Hugo.

Erika cambiaba la letra de las canciones alzar que tarareaban las cuales hacían reír a Sergio quien ahora la seguía en su tarareo imparable moviendo los brazos a los lados como en un concierto, Erika brincaba en enfrente de él, acercándosele cada vez más, hasta espelucar su cabello afro gritándole al oído, riendo frenéticamente, se comportaba como una niña que jugueteaba felizmente, con la sonrisa que tanto le encantaba a Sergio de oreja a oreja que mostraba Erika, las cuales se colocaban coloradas, eran feliz uno con el otro, con sus juegos que solo ellos entendían comodidad que solo ellos compartían, y que para sonreír se necesitaban en uno al otro, se completaban; se aman sin tener la necesidad de besarse  solo sus presencias bastaban.

Sergio se levanto y tomo de sus muñecas, soltándola para esta vez colocar sus manos en el cuello, fijando su frente con la de ella, respirando su mismo aire, que emanaba y expulsaba rápidamente sintiendo su pulso acelerado, tratando de ocultar su sonrisa, se miraron sin parloteos; el observo sus ojos café claros, sus cejas claras y perfectas, sus pestañas extrañamente largas, mientras ella contemplo lo cerca que estaba de su rostro, viendo su piel oscura, con algunas manchas de acné, sus ojos pequeños marrones, pegando sus narices sintiendo la suya que era pequeña comparada a la de su amigo que era algo larga y puntiaguda, Sergio rozo sus labios con los de ella como si quisiera propinarle un beso, pero no sucedió, no se atrevió, creyó que no sería necesario era suficiente con tan solo tenerla tan cerca de su cuerpo para verla directamente a los ojos.

Erika retrocedió unos pasos pegando su espalda al gabinete de la cocina, donde Sergio la tomo de la cintura sentándola sobre el gabinete rodeo con sus brazos el torso de su cuerpo abrazándola dándole besos en la cabeza, ella le acaricio la espalda mientras en reí y se estremecía por aquellas tocadas.

Abrió las piernas para rodear las de él, mientras sus manos tocaban lentamente los cortos filamentos de cabello que tenía en los cachetes y alrededor de los labios. Nunca habían estado así de cerca antes era la primera vez que se tocaban de esa manera, se sentían y se deseaban, actuaban como si no supieran que estaban haciendo; pero disfrutaban de ello, existía autocontrol.

En un momento de tensión cuando se besaban alocadamente el rostro, tocaron el timbre con desespero, y daban golpes a la puerta, escuchando por las voces que murmuraban eran sus amigos.

Recordó como Sergio se acerco a su oído y le dijo lentamente <<Hazme un favor y no abras >> De un momento a otro volvió a la realidad retumbándole en la cabeza que Sergio pertenecía a Elizabeth, y que todo aquello había sido una estupidez, rompiendo por dentro de una rabia inexplicable, lo aparto rápidamente de su cuerpo empujándolo, se bajo del gabinete dejándolo solo en la cocina corriendo abrirle a los chicos.
Se dio una vuelta en la cama sacándose las sabanas que tenia encima, se sentó en el  orillo de la cama, mirando al suelo, después de lo recordado en su memoria no había más nada que contar de ese día, fingió que todo estaba bien para no levantar sospechas entre sus amigos, pero si cambio drásticamente con Sergio…

Busco su celular entre la oscuridad de su habitación, se inclino aun enchufe a desconectar el móvil cuando vio una bolsa trasparente plástica que contenía cartas de amor escritas por un admirador falso. Creyó a ver botado y quemado todos aquellos escritos hechos por Fabrían, se sentó a revisar el paquete de cartas volviendo al pasado a unos días después de lo sucedido con Sergio.

por el pasillo de la escuela cuando se detuvo a entrar a un salón donde estaban ellos dos; Fabrían y Sergio oyendo una conservación muy interesante, donde  observo que su mejor amigo le entregaba una bolsa que contenían las cartas, y las últimas palabras que oyó salir de su boca fueron “Encárgate de enamorar a Erika”.

El corazón se le había astillado en miles de pedazos y el pegamento nadie lo poseía solo al parecer aquel chico que era su mejor amigo.
Al abrir su casillero en la tarde se encontró con un mar de cartas que cayeron al suelo, que al verlas parecían infinitas, tomo un puñado de esas hojas y las rompió en varios pedazos, viendo que sus compañeros la miraban con cara de signo de interrogación y de impacto. En ese instante apareció Fabrían con un ramo de flores que apenas sostenía unas 5 rosas, preguntando como un idiota, si había quedado gustosa con su regalo, Erika tomo la basura de cartas y se las metió por la camisa dándole la espalda, caminando por el pasillo con furia, pasándole por un lado Marcos quien se le paro de frente y la insulto “Pensaba volver contigo, pero ya veo lo zorra que eres”.

Fue la peor semana de amores se dijo para sí misma.