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viernes, 3 de julio de 2015

I- LA MONTAÑA DE LA CAZA.

Hoy es a lo que se le llamó un día productivo, todos salimos a correr, ninguno se quedo en el campamento; a excepción del viejo Jeff quien está muy anciano para andar de carrera por la montaña. Iba de segundo tratando de alcanzar al compañero de Papá, miraba el reloj notando que eran la 1:30 hora en que mi amor solía salir de clases, me pregunte con la falsa ilusión si tal vez al dar la vuelta a la montaña te encontraría allí parada esperándome con los brazos abiertos a darme  caluroso abrazos de esos que solíamos darnos... Pero tú no está aquí, y esa triste realidad me consume de a poco cada vez más.

Papá es el que manda en el campamento, cariño odio haber venido aquí, no hay con que comunicarse con el mundo exterior estoy perdido en un lugar que tu ni te imaginas, “el caserío”.

 Empecé hoy a escribirte toda la explicación que tengo para ti al volver, no sé si estas molesta, decepcionada, con esperanzas, o con la emoción de volver a encontrarnos. Haberme venido  aquí sin decirte es un acontecimiento que no sale de mi cabeza. Me siento como basura un desperdicio entre todos estos hombres del campamento, todos ellos me dicen que no soy lo suficientemente  “Hombre” como para venir de caza con ellos, solo soy un cachorro a los ojos de mi padre, pero lo que no sabe él es que la transformación ya ocurrió… La única que conoce mis secretos eres tu Abie.

 No quiero ni me atrevo a demostrar que ya me convertí en uno de ellos; pero sé que pronto saldrá el animal que llevo por dentro, no sé en qué momento, en alguna circunstancia me asomare a la luz de la luna, y nadie podrá impedirlo, se escuchará el aullido más alto que el bosque haya tenido. Siempre pasa por mi mente aquel día que viste mi verdadera naturaleza, el mundo se paralizó al encontrarse nuestros ojos, al ver los ojos de un animal tan feroz los tuyos se llenaron de miedo, y juro aquí entre nos que a toda costa cueste lo que cueste borrare toda aquella huella de miedo y tristeza que te he ocasionado. Eres la única que ha visto mi transformación y es nuestro gran pequeño secreto, no soy como los demás chicos, no soy “lindo” tampoco soy popular o conocido, ni el más destacado, sé que soy el chico extraño del que te has enamorado, y eso me agrada me gusta y me encanta… Para ti yo soy diferente y lo diferente para ti preciosa es increíble; no me considero bueno tampoco lo seré, tengo la certeza de que a tu lado lo soy, no soy más que un perro si no un legendario lobo.

El campamento está integrado por veinte hombres incluyéndome, son dos casa, y tres automóviles para desplazarnos por el área, este lugar es muy solitario y difícil de localizar por poco nos perdemos antes de llegar, Papá conoce muy bien el sitio pero uno de sus compañeros lo distrajo. Tenemos montones de armas de alto calibre que suenan espantoso para nuestros oídos sensibles de lobo, las tenemos para cazar aves de día, para alimentar nos en el transcurso de las 24 horas, todos cazan excepto yo. Por las noches nos turnamos para cuidar el campamento, cuando no hay animales cerca muchos de nosotros se transforma, juegan, cazan o solo disfrutan de su anomalía.

 Nos alimentamos de muchas proteínas, siempre nos ejercitamos andamos en forma, hace tres semanas que me encuentro entre las montañas, desde entonces no hay manera de hablarnos, veo tus ojos en las nubes tu reflejo en la laguna y tu voz se escucha en el sonido del soplo del viento, siento que me estoy volviendo loco sin tenerte conmigo, ya no logro conciliar el sueño, paso horas mirando estrellas y a la luna, con la sabiduría de saber que todos observamos el mismo satélite y eso nos liga, me conecta a ti amor… Te preguntaras de donde he sacado hojas y un lápiz para escribirte, sabes que soy un tanto curioso, explore la recamara en que me hospedo, me encontré con una libreta de 100 hojas amarilla, la portada es negra con manchas blancas, estaba usada solo en las primeras páginas, pero las arranque, tome un lapicero de uno de los señores, comencé a escribirte, es la única manera de sentirte cerca.

Ya es de noche y debo ir a la cama, con la esperanza de al fin dormir, es la primera vez que escribo una especie de diario, todo por ti.

Han pasado cuatro días, he estado ocupado, me ponen a cargar leña y a cocinar, hago todas las tareas de la cabaña, junto con el viejo Jeff que tiene un temperamento  irritante, es amargado pero sabio, a veces trato de conseguir una agradable conversación con él, es difícil charlar, estaba por hacerle una broma pero eso me costaría un castigo como correr en interiores alrededor del lago, el aire es muy frio pero es perfecto para el pelaje de los lobos, los pinos son acogedores.

 Venía con la intención de contarte una aventura… Ayer por la tarde no podía contener mis ganas de transformarme, salí a hurtadas cuando Jeff dormía en una silla en la entrada de la cabaña, todos andaban de caza de patos o al menos eso creía yo… Corrí y corrí sin detenerme hasta llegar a la cima de una montaña donde se observaba el lago, respire hondo y me senté en el suelo, las rocas estaban frías, las pupilas de los ojos las sentía dilatas y supe que debía dejar salir mi naturaleza. Hacía más de un mes que no me trasformaba, aun no sé si me gusta o no, deje que fluyera me coloque en cuatro patas y mi cuerpo cambio viendo mi pelaje blanco como nieve, junto con manchas negras, tenía las orejas muy paradas, me sentía fuerte e invencible, aullé bajo luego alto hasta que logre hacer eco, me acosté en la orillo de la cima, escuchando el viento cuando, de pronto vi al otro lado del acantilado a mi padre junto con sus cómplices, estaban también como lobos, pero ellos no se imaginaban que era yo, aullaron fuerte y con ladridos, no conteste, pero entendí exactamente que querían decir, me imponían a exponer quien era, di me día vuelta y corrí vuelta a casa, tengo miedo de que supieran que soy yo.

 Entre por la puerta trasera y me dirigí de una vez a mi habitación, volví hacer humano, he hice como si no hubiera ocurrido nada cuando de pronto llegaron haciendo estruendo… Baje enseguida para disimular me senté en uno de los muebles, todos nos reunimos en la sala que era bastante basta para todos, Papá comenzó hablar (se notaba furioso):

 .- ¡Nuestros enemigos están al corriente de donde esta nuestro campamento! los Oasis enviaron a uno de los suyos y lo vimos al otro lado del acantilado, escapo y nuestro deber es encontrarlo, creen que pueden venir de caza al mismo lugar que nosotros, ¡están muy equivocados! Le demostraremos que este es nuestro territorio, esta noche los encontraremos…


En ese momento la puerta de la pieza se abrió, Patrick soltó el lápiz, cerrando la libreta con rapidez, escuchando la voz de su padre.- Debemos hablar.