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sábado, 11 de julio de 2015

II-UN LOBO DEL OASIS

-¿De qué quieres charlar?-Preguntó Patrick.

-Me has estado ocultando un secreto, ¿Por qué no eres capaz de decirme?
Patrick se quedo pensativo, especuló que su Padre ya lo sabía y lo más probable era que lo regañara.-No tenía el atrevimiento de aun contártelo.

-Hijo, es algo natural… Todos nos enamoramos.

Patrick cambio de postura trato de no demostrar una sonrisa, miro a los lados y busco una respuesta rápida y fácil quedar.

-¿Cómo lo notaste…?

-Andas distraído, pensativo, suspiras y no duermes. Antes de venir aquí se que tenias algo con una chica, con tu amiga… ¿Emma?

-No, no es ella, solo era una compañera de clases.

-Sea quien sea, mujeres hay muchas, no debes estar sufriendo por una, has me caso, no andes ilusionado. Mañana levántate temprano y ayúdanos con el plan que tenemos para los Oasis.

El señor Jack se retiro y cerró la puerta, Patrick volteo en su asiento se acaricio el cabello acostándose sobre el cuaderno pensado en que tal vez si existían muchas mujeres pero ninguna tan única y especial como su Abie quedándose dormido en su cama hasta el día siguiente.
Al amanecer estaba lloviendo, abrió sus ojos y entre lagañas veía las gotas de agua caer sobre el vidrio de la ventana, sintió frio y pensó que tal vez si estaría como licántropo evitaría un resfriado.

Se coloco una chaqueta y botas rusticas dirigiéndose a la sala donde le dieron una taza de Café. Dio los buenos días a todos, se sentó en un mueble mirando a los compañeros de su padre, en silencio se encontraba, soplaba el café tomándolo a sorbos. Su padre comenzó la “reunión” diciendo que tal vez los Oasis estaban a la vuelta de la montaña por donde comienza el lago, tal vez a mas millas de donde estaban ellos. Uno de sus colegas en la noche salió junto a otro por esos lares, y vieron chozas lejanamente como miniaturas.

Los Oasis y los Licántropos de Hielo; habían sido enemigos desde hace muchas décadas, Patrick se sabía la historia de memoria, su padre se sentía muy orgulloso de ella, y se la relata muchas veces como si fuera la primera vez.

“La enemistad entre las dos manadas, se debía a un viejo rito de iniciación de los más jóvenes se sometían a diferentes actividades, donde el grupo de los Oasis, rompió la tradición, creyendo ridícula y anticuada.

 ¡Ningún lobo joven debía estar peleando con el más sabio por honor! La sabiduría se obtenía con los años y la experiencia, y no por la fuerza.

 Ese fue el grito de voz de los Oasis que muchos años atrás interrumpió un rito de iniciación, atacando a los lobos más sabios y ancianos matándolos, en el cual existió una pelea entre todos los lobos. Los oasis no eran los únicos que tenía esa creencia otro grupo llamado los Zosis, apoyaban este lema. Desde allí los licántropos se separaron en diferentes pandillas, con diferentes ritos y modo de vida, pero la meta de todos era la caza… no solo la caza de animales, era la caza de brujas, vampiros y lobos demonios.

Desde esos tiempos jamás volvieron a unirse, los Licántropos de Hielo creían enemigos a todos aquellas bandas como los Oasis que desafiaron las tradiciones, que destruyeron a los ante pasados que poseían alrededor de 200 años en aquella época.
Seguían al pie de la letra los rituales  que debían realizarse, muy correctos se creían los Licántropos de Hielo, quienes introducían a los espíritus de la montaña en aquellos combates de iniciación, (un lobo no era solo una criatura mitológica, era un ser puro y mágico, donde el hombre se unió a un animal feroz para combatir al enemigo) “.

-Vamos esta noche un grupo de seis, al campamento de los Oasis, los atacaremos y tendremos una “solidaria conversación” prepárense; Richard, leo, reymon, jhon, Yeferson, y yo como jefe de la manada, al medio día partiremos…

Patrick se retiro dirigiéndose a la entrada de la casa, sentadose en las escaleras. Empezaba a subir el frio la lluvia había cesado, pero sabia entre sí, que seguiría la llovizna, sentía en sus entrañas que algo malo ocurriría, observo las nubes y pensó en Abie, deseo como muchas otras veces regresar corriendo a su ciudad, pero costaría muchos días, incluso un mes para poder llegar, no podía dejar el campamento, tampoco tenía para llevar las provisiones y como humano no podía bajar la montaña, debía ser como lobo para recortar unas cuantas millas, pero sería una misión que podía costarle la vida.

El señor Jack se despidió de su hijo, junto con la manada, ya era de medio día y una brisa comenzaba a disiparse, el sol salió con bajo resplandor. Patrick subió a su habitación pensado una infinidad de cosas, contaba los minutos, necesitaba matar el tiempo así que dibujo pájaros en el cuaderno, mordía el lápiz, se sentía nervioso y culpable, todos esos hombres que partieron a buscar una pelea sin sentido podía regresar hasta muertos, podía empezar otra pelea de licántropos. Los capitanes habían jurado estar lejos unos de los otros y acercarse si la situación lo ameritaba, o si alguno de los dos se mantenía cerca.

Se rascaba la cabeza le sudaban los dedos, la pierna la movía de forma intranquila, la culpa le corría por las venas, debía decir que él era aquel lobo que vieron en la cima, pero la idea de hacer el rito de iniciación le desagradaba, con solo pensar que lucharía con su padre a intensiones de muertes solo por ser el jefe de la manada…

Pasaron alrededor de dos horas Patrick estaba acostado en su cama, cuando escucho que uno de los hombres grito:- ¡Allí vienen, bajen todos!, traigan el botiquín de emergencia. El joven chico se levanto y busco entre el closet la caja de primeros auxilios, bajo rápidamente por las escaleras, y vio llegar a los 6, uno tenía la cara rasguñada, otro le faltaba pelaje, uno por desgracia una pata partida quedando como lobo hasta recuperarse, por suerte el Jefe no obtuvo ni un rasguño. Atendieron a los heridos Patrick sirvió vasos de agua escuchando lo ocurrió. –Fue difícil llegar, es algo lejos de aquí, cuando al fin estábamos cerca habían tres lobos jóvenes practicando combate, los empujamos y los tiramos al suelo.- Relato una parte Leo.

-Luego nos acercamos a la entrada de la casa, y salió una mujer, nos gritaba que nos fuéramos de ahí, y nos amenazaba con tirar acido a nuestros cuerpos.

-No vimos al Jefe de los Oasis, pero otros lobos mayores nos tacaron y empezó la lucha, eran más que nosotros, y tuvimos que escapar, no hubo discusión solo querían sacarnos de su habitad. Conto Yerferson que se encontraba mejor.
Jack estaba furioso y callado mirando al fuego de la chimenea de la sala.

Una borrasca comenzó a caer oyendo gritos de un hombre afuera de la casa, Jack salió viendo que era el Jefe de los Oasis, todos se asomaron detrás de Jack y entre las ventanas, Patrick estaba nervioso, molesto y decepcionado de si mismo ¿en qué problema grave estaba metido? 0 mejor dicho ¿En qué pelea entrometió a su manada?

-Que sucede contigo, Viejo Jack, ¿piensas que puedes ir a irrumpir a mi casa? Desafiar a mi mujer, ¿atacar a mis muchachos? No te metas a mi campamento, está lejos del tuyo, yo y ninguno de mi grupo ha venido a esta cochinada de manada, no tenemos por qué estar cerca de ustedes. No vuelvas a mi campamento si no quieres que haya una verdadera pelea.

-Tú eres el que envió un espía, el primero que se metió en mi radar, en mis tierras, ese lobo que tienes ¡Blanco joven y negro! Cuida a tus muchachos, inmundo Jacob.

-¿Lobo blanco y negro? Que inútil eres Jack, olvidaste que nuestra raza es Marrón, somos oscuros, los tuyos son los de colores claros, ¡vaya que estas mal de la cabeza! Dedícate a los tuyos, tu muchacho está bastante grande, debería ser el ese lobo a quien describes… Te lo advierto, no quiero verte en mis lares.


Jacob se dio vuelta convirtiéndose en lobo, corrió desapareciendo entre la lluvia, todos voltearon a ver a Patrick que estaba a un costado de la puerta. Jack grito furioso limpiándose la cara de la lluvia:- Maldito traidor, eres tú, todo lo que has provocado, inútil.